Cuando asistíamos a un acto en la Asociación de Vecinos, las sillas las encontrabamos alineadas en filas y orientadas al escenario. Pero cuando no había actos, las sillas que no estaban en uso se amontonaban en cualquier esquina del salón o sobre el escenario. Ahora, la Junta Directiva, con el apoyo de los asociados, ha encontrado una solución más estética y práctica.
Desde la pasada semana, creemos, que se ha solucionado el problema. Las sillas no usadas diariamente - antes amontonadas en algunos rincones del local - han encontrado su sitio en unos prácticos e invisibles carros portasillas - no porque tengan el don¿? de la invisibilidad, sino porque no están a la vista - que tienen la virtud de evitar esos antiestéticos e inestables amontonamientos silleros, y, además, recuperan espacio para los usuarios del salón. Algunos euros nos han costado, pero, para el servicio que prestan, los damos por bien empleados.
Gracias a los asociados que con su colaboración económica y su trabajo lo han hecho posible.
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